Mediante la dirección de Desarrollo Urbano y Ecología, se invita a la ciudadanía a llevar a cabo el uso de diversos aislantes térmicos en sus viviendas, gracias al potencial de mejora en eficiencia energética y el ahorro de energía eléctrica que puede suponer el uso de estos aislantes de hasta un 60 por ciento menos.
Entre los materiales recomendados se encuentra la celulosa, aislante ecológico que elaboran con papel periódico reciclado que conserva el calor y aísla el sonido, la lana mineral, también conocida lana roca es utilizada como aislante y protección pasiva contra el fuego, recomiendan también el uso del poliestireno expandido, que tiene gran resistencia a la compresión, es ligero y tiene buena protección térmica.
Productos de PVC y policarbonatos (PC) de segunda generación por su composición no se ven afectados por los rayos UV brindando un beneficio económico gracias a sus propiedades físicas, mecánicas y térmicas. Están diseñados para tener un mejor confort térmico y con esto lograr ahorros de energía eléctrica por calefacción. La ventaja sobre las láminas tradicionales metálicas es que, por muy buen recubrimiento o pintura que tengan, termina corroyéndose, además de ser muy calientes.
Comparadas con las láminas de fibra de vidrio, éstas se degradan por la acción de los rayos UV, en menos de un año se empiezan a amarillear y aflorar la fibra de vidrio como señal de que ya perdieron sus propiedades, además de ser altamente inflamables.
Impide la inversión térmica, lo que hace que, en invernaderos, siempre haya una temperatura interior superior a la que se da en el exterior.
Su alto índice de área superficial en relación a su peso, atrapa aire entre bloques y eso permite que tenga baja conductividad térmica, consiguen mayor eficacia que otros materiales, su uso está muy generalizado en la construcción como aislante térmico, acústico y relleno para eficientar el sistema de acondicionamiento.
La implementación de alguno de los materiales antes mencionados en los hogares, no solamente supone ahorro de energía, sino también ahorro económico, confort interior y contribuye a la reducción en 30 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en los hogares.